Película entretenida que parecía llegar a ser buena en un comienzo interesante y que se va desinflando a medida que las cartas ya están sobre la mesa. Es un casi si en un casino. La apuesta comienza fuerte cuando suena TIME TO PRETEND de MGMT mientras nuestro JIM STURGESS llega desde el sempiterno M.I.T. hasta el sempiterno HARVARD en bicicleta por los puentes. Dos comentarios: uno es que JIM STURGESS se me parece demasiado a DANIEL BRÜHL en lo físico, aunque con más moflete; otro es que uno comienza a aburrirse de la propaganda cinematográfica que HOLLYWOOD dedica al M.I.T. y a LAS VEGAS, que ya parecen dos estudios más para las productoras.

Después, dos actores en horas bajas: KEVIN SPACEY y LAURENCE FISHBURNE, polarizarán la trama con sus respectivos ingenio matemático de profesor enrollado y fuerza protectora del establishment lúdico. Entre la tentación y el peligro, STURGESS intentará sacar provecho de sus capacidades para lucrarse en las mesas de BLACK JACK, medio para el fin del ingreso en HARVARD. Y, cómo no, descubrirá entretanto los claroscuros del amor. Por cierto, la película es machista hasta extremos preocupantes.