No cabe duda que Alejandro Amenábar tiene ese don maravilloso de saber hacer las cosas en su punto exacto: sin exagerar y sin abusar. El tema es escabroso y moralmente discutible, pero la forma de plantear el caso nos deja a muchos reflexionando. Javier Bardem da cátedra de histrionismo y nos envuelve en la excelsa recreación de este personaje y su lucha por el derecho a la muerte asistida. Sólo puedo decir que no deben perdérsela. EXCELENTE.