Muy interesante película de Coppola, con dos particularidades muy bien tratadas:

El género de la película, narrándose una historia casi a cuentagotas, sin tener más pistas que las que va recogiendo el propio protagonista, para sentirte en su propia piel. Quizá falta de ritmo en algún momento, pero capaz de atraparte en la intriga que hará que siempre estés pendiente, atento, alerta de cualquier novedad que te hiciera estar un poco más cerca de la resolución de la trama.

Por otro lado, paralelamente, te hará reflexionar sobre el protagonista interpretado notablemente por Gene Hackman. Muchas veces hemos oído la frase "yo no me llevo el trabajo a casa", pero hay trabajos y trabajos. Una profesión arriesgada, una persona enormemente precavida y misteriosa, un pasado oscuro, unos remordimientos que le persiguen desde hace años por un trabajo que hizo... En todo momento intentará se lo más profesional posible no involucrándose, pero su experiencia y sus valores morales se lo impedirán; aparece la contradicción de no querer hacer daño a nadie con su trabajo, el cual consiste en espiar a unas personas por encargo de otras. Tal contradicción le conduce prácticamente a la paranoia, a una enorme confusión mental, un choque de intenciones que, llegado el momento, se rodó de manera más que magistral.

En la película habrá otras cuestiones menos tratadas, o peor, pero en su conjunto hace que nos encontremos con una pequeña joya del cine.