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Voto de BigCat:
8
8,1
188.505
Drama. Thriller
Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustaciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se han dicho cosas buenas, cosas malas, cosas horripilantes y cosas magníficas de esta película, pero casi nunca se han dicho cosas neutras. No es una película convencional, así que puede gustar o puede horrorizar, pero lo que no puede negarse es que las actuaciones son buenas, y que las reflexiones que se plantean tienen un trasfondo real. Puede que se camuflen tras un velo de sangre y de violencia, de despropósitos y de barbaridades, pero son verdades como puños. No digo que sean verdades absolutas, pero son verdades porque reflejan inquietudes humanas.
Puede que no todo el mundo se sienta identificado con esas reflexiones, pero no podemos negar la evidencia de que hay gente que sí piensa en esas cosas; hay gente que se siente mal, que se siente vacía, que siente la violencia bullendo en su interior y que desearía pegar y/o matar a todo el mundo o a unos cuantos. Hay gente que odia su entorno y su vida gris y rutinaria, y que aborrece la sociedad tal y como está organizada, y esas personas quizá desearían hacer algo al respecto, pero saben que nunca lo harán, ya sea porque no se atreven a causa de las consecuencias, o bien porque les puede la conciencia. Esa misma conciencia colectiva que evita que caigamos en el caos y que, dentro de lo que cabe, nos dice que nos comportemos y no vayamos por ahí pegando patadas a quien nos cae mal.
Sea como sea, y en nombre de todas esas personas, esta película se alza como estandarte del submundo que yace bajo el aparente conformismo de la sociedad. Y si uno se pone a pensar en ello, la verdad es que es que se le ponen los pelos de punta.
Puede que no todo el mundo se sienta identificado con esas reflexiones, pero no podemos negar la evidencia de que hay gente que sí piensa en esas cosas; hay gente que se siente mal, que se siente vacía, que siente la violencia bullendo en su interior y que desearía pegar y/o matar a todo el mundo o a unos cuantos. Hay gente que odia su entorno y su vida gris y rutinaria, y que aborrece la sociedad tal y como está organizada, y esas personas quizá desearían hacer algo al respecto, pero saben que nunca lo harán, ya sea porque no se atreven a causa de las consecuencias, o bien porque les puede la conciencia. Esa misma conciencia colectiva que evita que caigamos en el caos y que, dentro de lo que cabe, nos dice que nos comportemos y no vayamos por ahí pegando patadas a quien nos cae mal.
Sea como sea, y en nombre de todas esas personas, esta película se alza como estandarte del submundo que yace bajo el aparente conformismo de la sociedad. Y si uno se pone a pensar en ello, la verdad es que es que se le ponen los pelos de punta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Durante más de la mitad de la película, estuve intentando comprender qué era lo que empujaba al personaje de Edward Norton a seguir a un pirado como Taylor. Obviamente, todo encaja cuando uno se da cuenta con estupor, y al mismo tiempo que él mismo, que son la misma persona. Había pistas que hacían sospechar algo, luego me di cuenta (principalmente el tema del incendio del apartamento), pero las había pasado por alto, quizá demasiado concentrada en intentar asimilar todo lo demás y despistada por tanto puñetazo.