En la ciudad donde vivo proyectaron esta película en la sala más pequeña del multisalas. La marginaron sin piedad. Pero yo, atravesando las masas que se dirigían en tropel a ver estrenos taquilleros, me quise arriesgar un poco, sobre todo porque salía Nicolas Cage.

No me arrepentí, no señor. La actuación de Nicolas no me defraudó. Es una actuación doblemente buena (quienes la hayan visto sabrán por qué) y por la que fue nominado a un Óscar (que no ganó). Meryl Streep hace un papel rarísimo, muy fuera de su registro habitual y por ello muy sorprendente (claro que por aquel entonces aún no había hecho "Mamma mía", en la que se sale de su registro pero de forma penosa; no pasa nada, una mala tarde la tiene cualquiera).
El proceso de creación es complejo, raro, retorcido y lleno de conexiones mentales y emocionales confusas, y esta película refleja todo eso de un modo muy exacto y a la vez confuso, lo que la hace perfecta.