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Voto de Sonny Calavera:
2
6,1
25.050
Fantástico. Drama. Intriga
Basada en la novela "Desde mi cielo" de Alice Sebold. Susie Salmon, una niña de catorce años que muere asesinada, observa desde el cielo cómo cambia la vida de su familia y de sus amigos tras la terrible tragedia. Mientras un detective intenta resolver el caso, el asesino borra todas las pistas y se prepara para volver a actuar. (FILMAFFINITY)
27 de febrero de 2010
94 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me llamo Zissou, de nombre Sonny. Me gustaba el cine, Nueva Zelanda y Peter Jackson.
Recuerdo aquel verano del 2004 en la feria de mi pueblo, recuerdo el olor del churrasco y a esas chavalas con las faldas cortas que me la ponían dura.
Es curiosos como nos acordamos de algunas cosas.
El 26 de Febrero de 2010 vi “The Lovely Bones” y morí (de asco). Tenía 24 años.
Por alguna razón todo a mi alrededor cambió y estaba rodeado de montañas y cataratas. Creía que la apariencia de ese mundo cambiaría a mi voluntad, pero en vez de reproducir fielmente el Miami de los años 70 parecía empeñado en mostrarme chorradas alegóricas, como un vinilo de “Belle & Sebastian” flotando en un mar de nubes donde se reflejaba la cara de Leonardo Dantés.
Entonces miré hacia abajo y me vi a mi mismo en la butaca del cine, presenciando una de las películas mas atroces de los últimos años. Reconocí esa expresión en mi rostro: la del mas profundo desconcierto. Por la pantalla pasaban unos personajes sacados del imaginario de un tipo cuyo referencia principal para recrear a la familia americana de los 70 era “La Tribu de los Brady”. Me sorprendía ante el devenir de filosofía barata, fotos precursoras del movimiento lomography y música pseudo indie-folk. Intenté llamar la atención gritando. Intenté interponerme para evitarme esa horrible visión, pero fue inútil, la cinta transcurría ante mi total impotencia. Allí seguía Marc Wahlberg demostrando una vez mas que a su lado Steven Seagal tiene más registro facial que Jerry Lewis. También estaba la Sarandon en el papel que nos tiene acostumbrados de madurita-de-armas-tomar-bebedora-de-vodka-pero-entrañable y una Rachel Weisz marcándose un “cría fama y échate a dormir” como los días de Mayo.
La oscuridad me envolvía y el odio crecía en mi interior. Empecé a reconstituir en mi mente los sucesos que propiciaron mi propia muerte: la trama principal que apuntaba al thriller y conseguía crear un ambiente de tensión eran boicoteados una y otra vez por unas escenas oníricas totalmente innecesarias que no hacían mas que cargarse el dramatismo. El personaje del malo se dedicaba a aparecer inmóvil en cada puerta/ventana/armario/mesilla de noche intentando parecer amenazador. El bueno de Mark investigaba el asesinato de su hija como quien investiga “el caso del paquete de pipas desaparecido” y cuando parece que la trama criminal va cobrando forma e interés el argumento da un giro al país de los Pitufos donde la muerte de un ser querido no es excusa suficiente para involucrarse realmente en la búsqueda de un culpable ni en saciar la sed de venganza.
Ante mi ira y cabreo llegamos a la escena final y entonces me planteo muy seriamente dirigirme hacia ésa luz brillante que me llama (la del proyector) con la intención de poner fin a esta locura. Pero ya es tarde. Asisto atónito a lo que posiblemente sea la mayor broma pesada del cine de los últimos años:(sigue en spoiler por razones obvias)
Recuerdo aquel verano del 2004 en la feria de mi pueblo, recuerdo el olor del churrasco y a esas chavalas con las faldas cortas que me la ponían dura.
Es curiosos como nos acordamos de algunas cosas.
El 26 de Febrero de 2010 vi “The Lovely Bones” y morí (de asco). Tenía 24 años.
Por alguna razón todo a mi alrededor cambió y estaba rodeado de montañas y cataratas. Creía que la apariencia de ese mundo cambiaría a mi voluntad, pero en vez de reproducir fielmente el Miami de los años 70 parecía empeñado en mostrarme chorradas alegóricas, como un vinilo de “Belle & Sebastian” flotando en un mar de nubes donde se reflejaba la cara de Leonardo Dantés.
Entonces miré hacia abajo y me vi a mi mismo en la butaca del cine, presenciando una de las películas mas atroces de los últimos años. Reconocí esa expresión en mi rostro: la del mas profundo desconcierto. Por la pantalla pasaban unos personajes sacados del imaginario de un tipo cuyo referencia principal para recrear a la familia americana de los 70 era “La Tribu de los Brady”. Me sorprendía ante el devenir de filosofía barata, fotos precursoras del movimiento lomography y música pseudo indie-folk. Intenté llamar la atención gritando. Intenté interponerme para evitarme esa horrible visión, pero fue inútil, la cinta transcurría ante mi total impotencia. Allí seguía Marc Wahlberg demostrando una vez mas que a su lado Steven Seagal tiene más registro facial que Jerry Lewis. También estaba la Sarandon en el papel que nos tiene acostumbrados de madurita-de-armas-tomar-bebedora-de-vodka-pero-entrañable y una Rachel Weisz marcándose un “cría fama y échate a dormir” como los días de Mayo.
La oscuridad me envolvía y el odio crecía en mi interior. Empecé a reconstituir en mi mente los sucesos que propiciaron mi propia muerte: la trama principal que apuntaba al thriller y conseguía crear un ambiente de tensión eran boicoteados una y otra vez por unas escenas oníricas totalmente innecesarias que no hacían mas que cargarse el dramatismo. El personaje del malo se dedicaba a aparecer inmóvil en cada puerta/ventana/armario/mesilla de noche intentando parecer amenazador. El bueno de Mark investigaba el asesinato de su hija como quien investiga “el caso del paquete de pipas desaparecido” y cuando parece que la trama criminal va cobrando forma e interés el argumento da un giro al país de los Pitufos donde la muerte de un ser querido no es excusa suficiente para involucrarse realmente en la búsqueda de un culpable ni en saciar la sed de venganza.
Ante mi ira y cabreo llegamos a la escena final y entonces me planteo muy seriamente dirigirme hacia ésa luz brillante que me llama (la del proyector) con la intención de poner fin a esta locura. Pero ya es tarde. Asisto atónito a lo que posiblemente sea la mayor broma pesada del cine de los últimos años:(sigue en spoiler por razones obvias)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Porque amigos míos, éste final es de los que hay que dar de comer aparte: O sea, Marky reconstruye los hechos que rodean la muerte de su hija después de 24 meses (revelando 1 rollo al mes de un total de 24 rollos nos da 24 meses¿no?) de dura búsqueda detectivesca, tiene al tío a huevo para darle su merecido, recibe una paliza de un chaval de secundaria y se olvida de todo, aquí no ha pasado nada oiga. Yo lo flipo. Pero debe ser algo genético, porque momentos después la hija se salva por los pelos del malo obteniendo la prueba definitiva de su crimen (¡si es que así da gusto hombre!, solo faltaba incluir en la libreta una declaración firmada ante notario por al cual se hacia responsable del asesinato), se lo lleva a su padre sin demasiada prisa y todo el asunto se queda olvidado porque mamá a vuelto a casa y esta vez es para siempre. Total, que el malo se va de rositas ante los ojos de la pseudo medium ésa que en vez de dar la alarma se queda con cara de zombi (y el público con cara de tonto), y descubrimos con sorpresa que lo que realmente impedía a la fallecida ir al cielo con el resto del “club de las asesinadas” era que no podía abandonar la Tierra sin recibir un beso del guapito de cara ése. Para colmo la jugada remata con una estalactita vengadora que ataca el hombro de nuestro Ed Gein particular haciendo que se precipite por un barranco de 2 metros...existe justicia, aunque los familiares de Susie Q nunca lo sabrán...
Las luces se encienden el la sala, pero no para mi. Solo espero que alguien lea esto y haga que mi muerte no haya sido en vano.
Las luces se encienden el la sala, pero no para mi. Solo espero que alguien lea esto y haga que mi muerte no haya sido en vano.