Cuando uno tiene éxito se puede permitir casi todo y Murphy tiene mucho éxito. Televisión hecha con grandes medios y libertad absoluta que el creador sabe dosificar para contentar a su espectador tipo y no escandalizar al despistado. Acerado como Elroy pero mucho menos explícito y sin violencia estridente.
Hollywood, la serie, saca a la luz lo que nunca ha estado oculto pero se había quedado en insinuación o meros chismes hasta la aparición de varios casos que, hábilmente manipulados, han dado mucho que hablar en los medios de comunicación de todo el mundo pero que, como decía antes, todos conocemos de alguna manera: la fama cuesta y, en el colchón o en un sofá de despacho, se paga con sexo. Muchas y más muchos han pagado, pagan y seguirán pagando con sus cuerpos el poder triunfar en el cine...en a Estados Unidos, en Italia, en Chile, en Paraguay y en todo el mundo incluida España.
A esta premisa sexual se añaden historias interesantes muy bien ambientadas y con una excelencia técnica y artística de primer nivel, destaca Dylan McDermott. Una serie que se disfruta o se odia. Yo, la he disfrutado.