El género de la telenovela ha tenido en España un éxito importante desde los primeros seriales que nos llegaban de Mexico y Venezuela y ahora han sido sustituidos por los turcos con los mismos ingredientes. Historias de mujeres fuertes que controlan, manejan y dirigen la sociedad y sus familias desde una cocina o el despacho principal de una importante empresa. Historias de ricos y pobres con sus pasiones y miserias, sus amores y traiciones, sus penas y alegrías. Y esas tramas nos han hecho permanecer sentados frente al televisor a pesar de tener no más de cuarenta historias intercambiables que aparecen en todas ellas vengan del país que vengan. Nada nuevo bajo el sol.
Las niñas bien del título no son más que eso disfrazado de crítica social y política, con mayor presupuesto y una elegante narrativa que es deudora del nuevo lenguaje televisivo que ha progresado en cuánto a tecnología y formas cinematográficas pero sin alejarse de las normas establecidas del melodrama.
Bien dirigida, bien interpretada y con momentos de humor elegante. No molesta pero tampoco aporta nada nuevo.