La adolescencia supone un camino un tanto sinuoso que todo el mundo debe de recorrer para cambiar los juegos de la juventud por las actuaciones de los adultos, es un choque de trenes entre los deseos y la realidad, una realidad en la que nadamos pero en la que no nos sentimos como peces en el agua ya que el estanque aparentemente idílico con lirios de agua y nenúfares es la superficie, está repleto de escualos en sus profundidades.

Kelly Fremon haciendo una impecable labor de dirección sabe plantear perfectamente todas las inquietudes y deseos de una adolescente que siempre ha tenido que aprender a nadar contra corriente.

Una película fresca, encantadora, una bocanada de la pureza y naturalidad de una chica que creciendo a pasos agigantados ansía ser adulta cuanto antes.

Excelente el papel de Hailee Steinfeld que borda los sentimientos, deseos y comportamiento de la joven protagonista del guion.

No defrauda Woody Harrelson que aporta su toque personal, pequeño en cuanto a la importancia de su papel pero nítidamente distinguible como una ínfima brasa en un fuego casi apagado.