Aunque en la actualidad el auto stop no está permitido en el siglo pasado y mas aún a mitad de siglo si era una actividad de uso común, la mejor manera para cualquiera sin recursos para poderse desplazar de unas ciudades a otras, no se necesitaba dinero, solo ganas de charlar para entretener al conductor del coche, esa era la única moneda de cambio y el motivo fundamental por el que alguien que conducía solo decidía parar.

Sin embargo este viaje de dos desconocidos, en ocasiones, podía resultar de lo más inquietante.

Edgar G. Ulmer aborda este tema de una forma peculiar, no es solo una herramienta para hacer avanzar el guion sino mas bien es el principal motivo de la película.
Un film original de cine negro en el que los protagonistas Tom Neal y Ann Savage nos hacen vivir una experiencia inolvidable.