La Capadocia es un lugar único en el mundo, un territorio muy pobre pero cargado de historia y de leyendas, entre la aridez del terreno las casas construidas en cuevas reflejan un sello de identidad de las gentes que allí habitan bajo la bandera de sus propias tradiciones.

Nuri Bilge Ceylan ubica una historia intimista en esta peculiar zona en la que el orgullo y las creencias de sus habitantes rellenan de calidez sus casas cuevas, lugares propicios para conversar al calor de unos leños en el fuego con la hospitalidad diluida en un pequeño vaso de té caliente.

El desencuentro de las familias no es ninguna novedad ni característico de ningún pueblo ni época, es solo una triste consecuencia del roce sin amor, la carga de reproches que aumentan sin fin como una bola de nieve que rueda sin parar por las laderas del tiempo.

Una confrontación incruenta de sentimientos de unos y otros que hieren como espadas y que mantienen permanentemente encendida la llama de una confrontación nada confortable.

Una película de excesiva duración 195 minutos pero en la que las conversaciones personales y trascendentes mantienen alta la temperatura de un frio invierno turco.