Nuestra percepción de las cosas es cómoda y nítida cuando la luz nos ilumina, pero el camino se oscurece cuando las nieblas de lo sobrenatural lentamente descienden a nuestro alrededor y acechan nuestra mente con miedo y confusión.

Los espíritus con un origen, con una historia que desconocemos, toman presencia en nuestro mundo, alteran por completo nuestras emociones y nos introducen en un estado sobreexcitado de pánico y de terror.

Tobe Hooper en 1982 se encargó de mostrar a todos que el más allá, en ocasiones, es demasiado próximo, con una serie de efectos especiales muy novedosos para la época, consiguió filmar una película icónica.

El punto escabroso de esta obra se dio con la muerte de la niña protagonista Heather O´Rourke en 1988, a sus 12 años de edad, tras haber intervenido en las dos películas siguientes de la saga, Poltergeist II y Poltergeist III.