Excelente filme de Fernando Meirelles, entre thriller político y semidocumental, basada en la novela de John Le Carré, sobre las atrocidades realizadas en Kenya por las Industrias Farmacéuticas, apoyadas de un forma silenciosa pero incondicional por los gobiernos de donde dichas industrias son originarias, y porque no decirlo, de todos aquellos otros que también se podían beneficiar. Sobre la cinta se podrá discutir, si es dinámica o lenta, si la fotografía es la más acertada, y principalmente si el guion de Jeffrey Caine se ajusta más o menos a lo escrito por Le Carré. Pero lo más importante muchas veces nos lo callamos, porqué realmente nos produce temor ver a un Continente tan desprotegido, y en donde la mayoría de países le han sacado el jugo que han querido, porque el verdadero problema de África ha sido su enorme cantidad de riqueza, se la ha expoliado de todas las manera posibles y pensables, y el expolio aún sigue.

Fernando Meirelles, con un reparto estelar donde sobresalen: un inconmensurable Ralph Fiennes en ese papel de hombre íntegro, algo estoico, apacible, que no deja entrever sus sentimientos ni la fuerza interior que lo mueve, y esa maravillosa Rachel Weisz que demuestra gran naturalidad, convicción y encanto para resolver un personaje escurridizo, siendo los dos el eje central de toda la historia, sin olvidarnos de Danny Huston y de Bill Nighy, nos hace entrega de una cinta digna de ver y valorar. Algunos críticos dirán que no es una denuncia suficiente, otros dirán que se trata muy de soslayo el tema principal, todo es muy opinable, menos la situación y circunstancias en que se encuentra la zona más empobrecida del planeta.