Puede estar contento el señor Justin Kurzel, porque firma, sin duda, una de las peores (por no decir la peor) película del año 2016.
Assassin's Creed lo tenía todo para haberse convertido en una buena película: una legión de seguidores de los videojuegos, una historia atrayente con saltos en el tiempo (que siempre funcionan), una trama con elementos históricos, religiosos y de reliquias que pueden servir de base a una estupenda peli de aventuras, un casting de lujo, unas localizaciones preciosas... pero no.
Assassin's Creed no solo es una mala película, es un BODRIO con todas las letras, porque el señor Kurzel se ha pasado de listo y se ha empeñado en:
- Vestir de pretenciosidad una historia que, no olvidemos, parte de un videojuego de aventuras donde la principal finalidad es dar cuchilladas saltando desde tejados. Y el videojuego funciona y es divertido. Pero no podemos hacer una peli de autor con Assassin's, créame señor Kurzel. Es como intentar hacer una ópera con la banda sonora de Mario Bross.
- Romper continuamente el ritmo de la película, ya de por sí lento, con continuas entradas y salidas del "Ánimus" que se extienden incluso a las escenas de acción (verlas se hace exasperante).
- Empeñarse en localizar la historia principalmente en las industrias Abstergo y en la actualidad. Los videojuegos son divertidos porque en realidad son historias históricas de aventuras, que suceden principalmente en el pasado.
- Cambiar la historia original del fruto del Edén por lo que le ha dado la gana y no sé qué del libre albedrío, decepcionando a los fans de la saga de videojuegos.
- Insertar escenas ridículas que producen sonrojo por la falta de documentación. Ni la Alhambra está en Sevilla, ni en la Catedral sevillana se puede montar una fiesta privada, ni Colón sabía que iba a descubrir un nuevo mundo cuando partió hacia América.
- Velar toda la fotografía con un polvo asqueroso y sumirla en una oscuridad que parece querer disimular algún tipo de carencia en el montaje digital de la peli (en los videojuegos vale, se hace, pero sabemos por lo que es, pero hacerlo en una película...).
- Tener el valor de dejar la peli abierta, como si fueran a hacer una secuela. Desde luego, que a mí se me han quitado las ganas de ver cualquier cosa más que provenga del Ánimus cinematográfico.
En pocas palabras, un despropósito que aburre, agota y deseas olvidar.