Bonita historia de amistad entre una sufrida mujer madura y un niño que pierde a su madre y va en busca de su padre; muy dura pero muy tierna a la vez, con algunos toques cómicos; almas crudas y frías que se dejan llevar por el cariño y la necesidad humana más primitiva, para de esta manera redimirse ante un pasado doloroso; todo ello envuelto de cierto aire neorrealista en el tratamiento de la pobreza y las relación de los protagonistas.

Bien dirigida por Walter Salles en 1998 y que le supuso varios premios y buenas críticas así como dos nominaciones a los Oscar (a la película de habla no inglesa y a la actriz Fernanda Montenegro).
De hecho ciertamente Fernanda está impresionante si bien pierde enteros un doblaje que a mi juicio deja mucho que desear, concretamente el de la protagonista.