Eso es en esencia lo que pasa con La Guerra de los Mundos, que es una bestia parda de película de acción, pero que como película de personajes se queda muy atrás. Lastrados por dos cosas; el guión, que nos brinda unos personajes planos y con muy poco que ofrecer... y Tom. No es que el tio caiga gordo, que también, pero es que se empeña en darle a su personaje el "toque Cruise". Un personaje bastante prescindible, al igual que el hijo. El único personaje que aporta algo es la niña, pero como Cruise se empeña en robarle protagonismo, al final lo único que hace es dar gritos y hacer de pretexto para que Tom le salve la vida en cada escena.

La historia, por otra parte, respeta y actualiza la versión original de H.G Wells con mucha solvencia. Personalmente, me parece una adaptación de altura. Lástima que las escenas den sensación de no hilar bien entre ellas. Cambios de ritmo un poco abruptos, a mí de dio la sensación de ser una especie de videojuego donde se pasa de una situación a otra sin ir realmente a ningún sitio. Ahora, que siendo un conjunto de situaciones espeluznantes, hay unas cuantas que son tremendas.

Mención especial para los aspectos técnicos. Impecable la película en todos ellos; los decorados son apabullantes, la fotografía está cuidada al milímetro, los efectos de sonido son brutales -yo me cagaba en los pantalones cuando oía la bocina de los trípodes- y los FX están metidos en su justa medida. Cinco años después de que se estrenara esta película, sorprende lo mucho que han ganado los efectos con el paso del tiempo. Una maravilla.

Por último: cuando veáis la escena inicial o la del sótano huyendo del tentáculo recordaréis que estáis viendo una película de Spielberg. Vaya dos momentos. Lástima que luego metiese tanto topicazo, un hijo subnormal y un padre tan "Cruise". Todo el rollo paternofilial está de más en esta película. Quitadle eso y tendréis una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos veinte años. Y otra cosa. Hacedme caso. Leed el spoiler.