Dos actores que son de los mejores de sus respectivas generaciones, se enfrentan a un cara a cara en esta película. Ryan Gosling interpreta a un joven fiscal ambicioso, ganador y con ganas de cambiar hacia un empleo mejor. Anthony Hopkins interpreta a un ingeniero que acaba de matar a su mujer, es inteligente y calculador. Ambos se verán las caras en el juicio, intentando desbaratar las pruebas y estrategias del otro. El personaje de Ryan Gosling sufrirá una pequeña evolución durante la película que lo hará madurar.
En conclusión: Una gran película con un final interesante, aunque corres el riesgo de aburrirte sino te van las tramas judiciales y legales.