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Voto de lscem:
20.173
Drama
Los niños de un orfanato pasan tanta hambre que, desesperados, deciden que uno de ellos hable del asunto al director. El elegido es Oliver Twist, que será expulsado del centro y ofrecido como aprendiz a quien lo quiera contratar. Después de limpiar chimeneas y trabajar como ayudante de un enterrador, Oliver se escapa y llega a Londres. En las afueras de la ciudad, cansado y hambriento, conoce a Artful Dodger, que le ofrece alojamiento. ... [+]
8 de mayo de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
1.-La crueldad.
La persona más miserable que puede haber es la que utiliza su posición o su fuerza para aprovecharse de la debilidad o indefensión de otro (un ejemplo vigente sería el especulador financiero que para forrarse provoca una crisis económica y nos lleva a los curritos al paro). En esta película, la mayoría de los personajes se comportan así de miserablemente, abatiendo desde su posición dominante a otros más débiles; durante dos horas, crueldad e inhumanidad saltan a borbotones de la pantalla y golpean al espectador haciéndole reaccionar.
Es esta crueldad continua lo que hace a esta película mil veces más violenta que todas las de Tarantino juntas; ésta no es una violencia teatralizada ni banalizada, sino una violencia soterrada que cala en los huesos. En cierto sentido, esta película puede llegar a ser cruel con el espectador sensible.
¿Cuál es el origen de tanta crueldad? La película sugiere que, aunque el entorno influye en las cualidades humanas de una persona, cada uno tiene una base genética difícil de alterar por el entorno; es decir, si una persona nace genéticamente predispuesta a ser buena, algo de bondad siempre le quedará a pesar de vivir en un entorno inhumano.
La historia es cruel pero no pesimista: muestra que, a pesar de las intervenciones del azar -unas veces a favor y otras en contra-, se pueden tomar decisiones -los personajes y nosotros los espectadores- para cambiar o tratar de cambiar lo que no gusta de la vida.
2.-La exquisitez.
Visualmente impecable, un lujo para los ojos. Cada plano hipnotiza, todos los encuadres están planificados al milímetro y tienen tal profundidad de campo que cada imagen se enriquece con los detalles y la interacción de los planos lejanos, medios y cortos. Fotografía, ambientación y montaje son extraordinarios. La banda sonora, además de ser fascinante por sí misma, complementa a las imágenes y no se impone a ellas.
La narración se estructura linealmente en capítulos donde cada uno es una continuación lógica del anterior y no deja resquicio para la duda o el aburrimiento del espectador.
La persona más miserable que puede haber es la que utiliza su posición o su fuerza para aprovecharse de la debilidad o indefensión de otro (un ejemplo vigente sería el especulador financiero que para forrarse provoca una crisis económica y nos lleva a los curritos al paro). En esta película, la mayoría de los personajes se comportan así de miserablemente, abatiendo desde su posición dominante a otros más débiles; durante dos horas, crueldad e inhumanidad saltan a borbotones de la pantalla y golpean al espectador haciéndole reaccionar.
Es esta crueldad continua lo que hace a esta película mil veces más violenta que todas las de Tarantino juntas; ésta no es una violencia teatralizada ni banalizada, sino una violencia soterrada que cala en los huesos. En cierto sentido, esta película puede llegar a ser cruel con el espectador sensible.
¿Cuál es el origen de tanta crueldad? La película sugiere que, aunque el entorno influye en las cualidades humanas de una persona, cada uno tiene una base genética difícil de alterar por el entorno; es decir, si una persona nace genéticamente predispuesta a ser buena, algo de bondad siempre le quedará a pesar de vivir en un entorno inhumano.
La historia es cruel pero no pesimista: muestra que, a pesar de las intervenciones del azar -unas veces a favor y otras en contra-, se pueden tomar decisiones -los personajes y nosotros los espectadores- para cambiar o tratar de cambiar lo que no gusta de la vida.
2.-La exquisitez.
Visualmente impecable, un lujo para los ojos. Cada plano hipnotiza, todos los encuadres están planificados al milímetro y tienen tal profundidad de campo que cada imagen se enriquece con los detalles y la interacción de los planos lejanos, medios y cortos. Fotografía, ambientación y montaje son extraordinarios. La banda sonora, además de ser fascinante por sí misma, complementa a las imágenes y no se impone a ellas.
La narración se estructura linealmente en capítulos donde cada uno es una continuación lógica del anterior y no deja resquicio para la duda o el aburrimiento del espectador.
