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España España · Madrid
Voto de lscem:
4
Drama. Comedia. Fantástico En la imponente Nueva York, Jack Lucas (Jeff Bridges), un famoso locutor de radio caído en desgracia, y Parry (Robin Williams), un enajenado profesor de historia, emprenden la búsqueda del Santo Grial. (FILMAFFINITY)
30 de agosto de 2009
12 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Advertencia sanitaria: si la tontería se pega, esta película puede volver al espectador más tonto. Personajes tontos, situaciones tontas, interpretaciones tontas, puesta en escena tonta, desarrollo tonto, moralinas tontas, desenlace tonto... todo destila tontería (espero que esta crítica también, para no desentonar). La tontería se transmite del guión a la dirección, de ésta a las interpretaciones, de éstas a las escenas, ¿de las escenas al espectador?

Se entremezclan 2 historias: la de redención del personaje de Jeff Bridges (la más lograda) y la quijotesca del personaje de Robin Williams (la que estorba). Los buenos logros de la historia de redención son fulminados al instante por la siguiente escena, la que sea, de la otra historia. Cada aparición de Robin Williams y su personaje provoca punzantes suicidios en masa de neuronas del espectador; es que hasta en estado de catatonia el tío está sobreactuado.
La película cree que la tontería efectivamente se pega, porque el personaje de Bridges acaba haciendo tonterías como el de Williams.

La dirección (es una forma de hablar, para entendernos) efectista de Gilliam empeora todo lo malo (puesta en escena, ritmo, interpretaciones de Williams y Plummer) y no mejora lo bueno: la interpretación de Jeff Bridges es lo único que sostiene tanto despropósito y cada vez que aparece Mercedes Ruehl es gratificante, los mejores momentos son cuando aparecen juntos.
Bridges aguanta el tipo en escenas que son un puro disparate, y en esta película hay montones de ellas (ejemplo: la del hospital acunando a un gay desquiciado). Especialmente estúpida es la escena de la cena en el chino entre los 4 personajes, donde se juntan las tonterías de los personajes de Williams y Plummer (este personaje absurdo no hay por donde cogerlo).
Todas estas escenas supuestamente cómicas contienen un humor burdo, de trazo grueso, que provocan más aburrimiento que otra cosa. Son escenas-pegote que no llevan a ninguna parte, que son totalmente prescindibles, y que se repiten y repiten y repiten y repiten..., y así la película dura y dura y dura y dura...

Si el maestro Capra levantara la cabeza y viera intentos tan torpes como éste de hacer películas parecidas a las suyas, pensaría que el cine ha involucionado hasta convertirse en un mero vehículo para la pura tontería y que ver películas como ésta es eso, una tontería.
lscem
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