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Voto de Benito Martínez del Baño:
8
Drama. Romance Un joven acomodado de la alta sociedad peruana decide huir del entorno social y familiar en el que vive para intentar encontrar su identidad sexual, marcada desde su juventud por el abuso de las drogas y el alcohol. Basada en la novela del peruano Jaime Baily. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2022
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“No se lo digas a nadie” (1998) es, para empezar, el primer filme peruano en tratar abiertamente el tema de la homosexualidad. Esta película peruana es dirigida por Francisco J. Lombardi basada en el libro homónimo de Jaime Bayly quien también participa como productor ejecutivo y consultor del guión. Lombardi ya había llevado con fortuna al cine la novela de Mario Vargas Llosa, “La ciudad y los perros” (1985).

El argumento gira en torno a Joaquín Camino (Santiago Magill), un joven homosexual de la alta sociedad limeña, cuya juventud transcurre entre drogas y alcohol, quien lucha por comprender su propia identidad sexual, y se ve enfrentado a los prejuicios de su misma familia y al rechazo de una sociedad muy conservadora e hipócrita. Mantiene un romance con Gonzalo (Christian Meier) pero presionado por el entorno que le rodea, intenta mantener una relación normal con su novia, Alejandra (Lucía Jiménez). Pero la realidad es tozuda y acaba imponiéndose. La película, en resumen, describe la búsqueda de la identidad sexual de un joven peruano, Joaquín Camino, presionado por la lenta evolución moral de su país y una serie de situaciones que le suceden a Joaquín, desde su adolescencia hasta la edad adulta.

En el reparto destaca la presencia de una joven Lucía Jiménez y su excelso trabajo de dicción, quien completa el trío protagonista. Es su primer trabajo tras dejar la serie especialmente creada para ella, “Al salir de clase” (1997-2001) y en la que aparece solo en los ciento once primeros capítulos de un compendio de casi mil doscientos.
Entre los secundarios, son especialmente reseñables las interpretaciones de Carlos Fuentes y la gran dama de la escena española Carmen Elías. No nos olvidamos tampoco del protagonista principal, Santiago Magill, quien alcanza la fama en televisión y cine entre 1995 y 2005, y después decide dedicarse al teatro. En el caso de Christian Meier, es indiscutible que sigue gozando del favor del público en toda América, bien en su rol de cantante, o en cualquiera de las vertientes de la profesión actoral, habiendo cosechado grandes éxitos en conocidas y premiadas telenovelas también. Por su parte, destacar al casi siempre controvertido escritor peruano Jaime Bayly, famoso por presentar uno de los programas de televisión más populares de Sudamérica y, en este caso, por destapar la homosexualidad de la clase alta peruana, a la que él mismo pertenece.

En cuanto a la parte más técnica, la fotografía es encargada a Carles Gusi Poquet. Gusí, es reconocido entre otros trabajos, por “Celda 211”. La banda sonora corre a cargo del prolífico Roque Baños. Y, por último, la producción ejecutiva va de la mano de Andrés Vicente Gómez y Lolafilms.

En definitiva, ciento veinte minutos para ver tranquilamente, pero también para reflexionar sobre el mundo que nos rodea.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Benito Martínez del Baño
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