Mel Gibson transimite lo que el guión no hace, nos enseña que aunque toques fondo el levantarte está en tu mano. Ridícula la idea de esconder al personje en una marioneta pero un espectacular Mel Gibson que saca oro de esta película con su actuación. Vemos una visión de un hombre deprimido, que lo pierde todo y se cura milagrosamente escondiendose detrás de un peluche, que acaba siendo una parte más del personaje.