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España España · Albacete
Voto de DrOtaku:
9
7,0
2.712
Serie de TV. Animación. Fantástico. Acción. Terror Serie de TV (2018). 10 episodios. Los demonios han despertado y la humanidad es presa del caos. Un sensible chico demonio se verá arrastrado a una violenta guerra contra el mal por su misterioso amigo. (FILMAFFINITY)
24 de abril de 2024
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En el año 2024 los fans del anime ya saben de sobra que Netflix es capaz de producir y crear animes originales de una gran calidad narrativa, expresiva y visual, destacando recientemente la humanista “Pluto” (Toshio Kawaguchio, 2023) y la trágica “Cyberpunk: Edgerunners” (Hiroyuki Imaishi, 2022). Sin embargo, está bien recordar de vez en cuando uno de sus primeros animes originales y que no solo sigue siendo uno de los mejores de la plataforma, sino también uno de los mejores y más emocionantes a la vez que traumáticos relatos que ha dejado el medio en los últimos lustros. “DEVILMAN Crybaby”, dirigida por el talentoso Masaaki Yuasa, destaca por abrazar sin miedo y sin complejos una historia ultraviolenta, terrorífica, gore, pornográfica en su explicitud de los desmembramientos y carnicerías y descarnada en su declaración de la humanidad como una especie sin esperanza de salvación que está destinada a su propia extinción.

Desde los inicios televisivos de “DEVILMAN” en los años 70 adaptando el manga del mítico Go Nagai, la franquicia se ha ido extendiendo durante los años, siempre narrando una historia de humanos contra demonios en la que se acaba tratando una lucha de los humanos contra ellos mismos o contra otros humanos, preguntándose si la raza humana no son los verdaderos demonios que pueblan la tierra, incapaces de crear un mundo pacífico, siempre con la necesidad de crear guerras con las que poner a prueba su egocentrismo e inhabilidad de comprender y empatizar con otros seres humanos. En este recorrido ya se encuentran algunas cintas ultraviolentas que hiperbolizan estos elementos no tan alejados de la realidad, como la OVA “Amon: Apocalypse of Devilman” (Kenichi Takeshita, 2000). En esta ocasión, Yuasa y el guionista Ichiro Okouchi se basan en la obra y personajes originales, adaptándolos al particular y característico estilo visual y psicodélico del director, el cual roza la pura plasticidad y abstracción como vía de expresar la psicología humana más depresiva y pesimista a la vez que eufórica y descontrolada, como ya hizo en la magnífica “Pin Pon: The Animation” (2014).

Aprovechándose de la abstracción y contemplación que causa la violencia y acción de las imágenes, Yuasa plasma una delicada trama con múltiples aristas y lecturas, en la que la línea principal es la historia de un niño, Fudo Akira, que carga toda su vida con el abandono de sus padres, buscando el amor ajeno en amigos y otra familia, por los que llora por sus tragedias para que ellos no carguen con un pesar semejante como el que ha cargado él durante su juventud. El protagonista de la historia es un héroe trágico y dramático que es capaz de empatizar y salvar a las personas más moralmente deplorables, como los deportistas que venden su alma al diablo con el fin de ganar a sus contrincantes, lo que finalmente les acaba pesando hasta el arrepentimiento. Y utilizando una gran paleta de personajes secundarios magníficamente escritos, Yuasa utiliza la sutil parábola de correr, no para huir de nuestros miedos y problemas, sino para enfrentarnos a ellos, superarlos con todas nuestras fuerzas posibles y ser capaces de entendernos con nuestros semejantes, lo que es en sí la esperanza que esconde la historia y se personifica en el personaje de Miki. Aun con todo, la realidad es más trágica y pesimista, por lo que, a pesar de los esfuerzos de Akira por salvar a la humanidad, nuestros propios demonios que hemos creado con nuestras decisiones y traumas son incapaces de entenderse entre ellos, buscando excusas en cualquier parte y demonios en cualquier persona para acabar autodestruyéndonos de forma vengativa, lo cual siempre será más sencillo que comunicar nuestros sentimientos los unos con los otros.

En todo ello se esconde la tristeza de un relato que en toda su pornografía grotesca y visceral es emocionante, excitante, optimista, triste, pesimista, épico, trágico y dramático a partes iguales, con un ritmo excelente y una narrativa compleja y madura que trata con mucha inteligencia y respeto al espectador que se comprometa con la esencia de la obra. Y todo esto se envuelve de una espectacular banda sonora compuesta por Kensuke Uhsio, que hila y equipara los momentos más gore, los más psicodélicos, los más épicos, los más emocionales, los más trágicos y los más tristes. “DEVILMAN Craybaby” es una obra oscura pero excelente, con mucha personalidad y complejidad en su representación de la vengativa naturaleza humana, convirtiéndose en un clásico que se citará entre lo mejor del medio anime en su historia, a la altura de obras como “Neon Genesis Evangelion” (Hideaki Anno, 1995).
DrOtaku
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