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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Daniel B:
10
Serie de TV. Drama Serie de TV (2019-). 2 temporadas. 16 episodios. Rue (Zendaya) es una joven de 17 años que vuelve de rehabilitación sin intención de mantenerse sobria. En una fiesta antes del comienzo del curso conoce a Jules (Hunter Schafer), una chica recién llegada a la ciudad.... Euphoria es una reflexión sobre la adolescencia a través de un grupo de estudiantes de instituto que tienen que hacer frente a temas recurrentes de su edad como las ... [+]
17 de octubre de 2020
0 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
TEMPORADA 1

Euphoria está muy lejos de ser una serie de college o un culebrón adolescente más.
Sus personajes están tratados con mucha profundidad y respeto y no son meros vehículos o excusas para la exposición de sus problemáticas.

El núcleo de la serie es Rue (la galardonada con el EMMY a mejor actriz dramática Zendaya) y su relación con Jules, una chica trans (Hunter Schafer). Rue es adicta a una serie de drogas y carga con un trastorno bipolar. A partir de este núcleo la serie se va abriendo a una estructura coral que incorpora una maravillosa galería de personajes y su relación con el sexo, el alcohol y/o las drogas, la (in)definición sexual, el amor, el abuso, las redes sociales, el porno, la soledad, el propio cuerpo y la imagen de sí, los padres y las madres (algunos terribles), descollando Sydney Sweeny como Cassie, Barbie Ferreira como Cats, Alexa Demie como Maddy y Jacob Elordi como Nat, a quienes no describo para que el espectador los vaya conociendo a medida que mire la serie.


La serie de Sam Levinson (quien también dirige algunos capítulos) apela a una puesta en escena de una enorme audacia que, si bien no evade la crudeza y la oscuridad sabe eludir la sordidez con oportunos golpes de timón en su tono. Su ocasional desenfado nunca cae en la falta de respeto, la frivolidad o la banalización.

Cada capítulo comienza con la historia de uno de los personajes como de terminante de su presente, casi siempre con una equilbrada mezcla de sensibilidad, dureza y humor.

La estructura coral se vuelve sobresaliente en algunas secuencias donde la integración de las escenas a cargo de los diferentes personajes es portentosa. En un momento, la serie redobla la apuesta intercalando tiempos y lugares diferentes en un rompecabezas fascinante y fluido.
El recurso de la voz en off, con el que en general no me llevo bien, en esta serie pronto se revela como necesario y hasta imprescindible.

No es casual que Zendaya, la ex chica Disney, haya ganado el EMMY por la mesura e intensidad con que compuso su personaje torturado (y camaleónico) y sin embargo tan next door girl.

Mención aparte para la maravillosa Jules de Hunter Schafer, cuya identidad trans es obviamente un componente importante de su personaje pero no el central.

Es curioso el balance y el efecto de Euphoria: a pesar de centrarse si se quiere en la desdicha de estos adolescentes, el tratamiento de los personajes y la puesta en escena la resguardan de caer en el miserabilismo.

En suma, Euphoria es una excepcional serie sobre problemáticas adolescentes expuestas con audacia y creatividad, de la mano de personajes inolvidables y trabajados en profundidad.

TEMPORADA 2

Reseña:

Euphoria es una serie compleja, por la manera en que presenta los vínculos y los conflictos y por sus aspectos formales. También resulta necesario establecer algunas comparaciones con la temporada 1 y analizar continuidades y rupturas.

La serie de Sam Levinson sigue atravesada por el dolor, el amor, la incomunicación y la pérdida en un mundo de amigos, amantes. novios, hermanos, padres y madres. Y muy centralmente también por las problemáticas de las adicciones a las drogas duras. En este aspecto, Euphoria 2 introduce escenas de inusual suspenso, dureza y violencia, incursionando decididamente en el thriller, con momentos reminiscentes de situaciones alla Breaking Bad.

El universo de personajes es casi el mismo, con muy pocas incorporaciones. Se mantiene la estructura coral, donde algunos secundarios de la primera temporada cobran un destacado protagonismo, a veces mediante las introducciones de los capítulos, verdaderas mini precuelas, consistentes en flashbacks que añaden información relevante sobre los personajes en cuestión.

Algunos son llevados a situaciones y conductas extremas que revelan facetas muy desagradables o incómodas; el autor se muestra menos piadoso con sus criaturas que en la temporada 1, realzando su complejidad, pero irónicamente a veces al filo del estereotipo. En cuanto a aquellas facetas, Zendaya protagoniza un capítulo prodigioso, uno de los mejores de ambas temporadas, un descenso a los infiernos donde actúa como un vendaval que seguramente le significará varias nominaciones y algún premio.

Las inquietudes formales en cuanto a la cámara, el montaje y la música siguen presentes, con una impronta por momentos más onírica. Pero el despliegue formal a veces parece más importante que lo que se relata, como si los realizadores estuvieran engolosinados con los recursos narrativos a expensas del contenido, lo que no sucedía en la primera temporada. De todos modos, se destacan momentos de gran intensidad emocional, de cruda violencia o de prolongado suspenso, así como varios destellos de humor y presenta algunos desnudos tanto o más audaces que los de la primera temporada.

La sofisticación formal llega a su clímax en dos capítulos de a ratos formidables, que constituyen un notable experimento metaficcional articulado en torno a una obra de teatro que escribe uno de los personajes precisamente sobre sí mismo y los demás personajes, en una compleja estructura de cajas chinas de ficción sobre la ficción que funciona como compendio y complemento de lo ya sabido y acaso alcanza sus mejores momentos en su veta autoparódica. . Y por una vez, Euphoria de este modo escapa al punto de vista de Rue, ya que en general es ella la que va llevando adelante el relato mediante su voz en off.

Pero Euphoria 2 acarrea un problema tan involuntario como frecuente en series de varias temporadas sobre y con “adolescentes”: pasaron, pandemia mediante, más de dos años desde la temporada 1 y los chicos crecen. Estos actores y actrices rondan todos los 25 años y deben representar a adolescentes de 17 y 18… y se nota, con lo que a veces se resiente el verosímil ya que parecen una caricatura de sí mismos, sin perjuicio de que sus actuaciones sigan siendo muy buenas. Y no sé cómo le harán frente al paso del tiempo en la anunciada tercera temporada.
Daniel B
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