Durante el primer tercio de metraje, esta historia de madre e hijo secuestrados por unos tipos al frente de los cuales está un inquietante personaje que se cubre la cara con un pasamontañas y que amenaza con matarlos (primero al hijo) si ella no le da en un tiempo determinado una información relacionada con su marido, al que ella hasta ese momento tenia por amante padre y esposo, el hijo enfermo de diabetes y la madre con unas costillas rotas (chocaron un auto contra el suyo cuando iba en compañía de su hijo para secuestrarlos), intentando comprender la situación, ya que parece no tener ni idea de lo que le está hablando el captor, al mismo tiempo que tratando de escapar, repito durante ese primer tercio la cosa no pinta nada bien, da la impresión de estar ante la típica payasada rodada con 4 duros (salvo 2 o 3 minutos en los que a través de cortos flashback vemos retazos de su vida familiar, toda la acción transcurre entre las 4 paredes de una cochambrosa dependencia de algún tipo de instalación industrial) de la que no se puede esperar nada salvo inmensos agujeros de guion y truculencias varias (una especie de mala mezcla con elementos de “Cellular 2004”, “Saw 2004”, “Cohen and Tate 1988”, “Five fingers 2006” y alguna otra por ahí).
Afortunada y sorprendentemente, poco a poco la trama va ganando en interés y consistencia y lo que hasta entonces estabas viendo con una ceja enarcada y el sistema de detección de incongruencias de guion activado a tope, se va convirtiendo en un buen y entretetenido thriller, momento en el cual te dejas llevar por la historia hasta acabar absorto con lo que estás viendo y dejándote al acabar con un buen sabor de boca y atento a lo próximo de esta directora/guionista (Amanda Gusack) poseedora de un indudable talento.
En cuanto al apartado actoral, Melissa George además de lucir muy guapa hace un más que digno papel como Jamie, esa buena madre y esposa a la que las circunstancias (y sus mas que oportunos conocimientos de informática) la van haciendo asumir el control de la situación, Oded Fehr en el papel de Alek, el tipo duro a cargo de el destino de Falco y su hijo también hace un buen trabajo y Alice Krige (la Maddie de “Deadwood”) luce realmente guapa y glamurosa en un breve pero poderoso papel al final de la historia.