Burt y Verona (John Krasinski y Maya Rudolph) una pareja de treintañeros y residentes en una casucha en Colorado, esperan una hija y dan gracias a Dios de tener al lado a los padres de él (Catherine O'Hara y Jeff Daniels) para que les ayuden con la crianza (ya saben, el marrón para los abuelos), anhelo que se les viene abajo cuando estos les comunican que el viaje a Bélgica que tenían planeado hace 15 años empieza en junio (un mes antes del parto) y que van a estar fuera 2 años.
Profundamente contrariados y consternados y sin nada que les ate a un lugar en el que no se sienten realizados (Burt trabaja por teléfono para una aseguradora) deciden (decide ella) poner tierra de por medio y visitar a familiares y amigos a lo largo de todo el país hasta que den con un lugar en el que instalarse.
Arranca como una comedia más o menos ligera en la que ya desde el principio se hace latente la mordaz e inquisitiva mirada de Sam Mendes con la sociedad americana, para a través del amplio espectro de personajes con los que se van cruzando (Phoenix, Tucson, Montreal y Miami) y de sus particularidades, modo de vida, anhelos, miedos y entorno (con escenas en segundo plano que acentúan tal circunstancia, como por ejemplo cuando los vemos pasear por un campus universitario y de fondo vemos una manifestación de estudiantes en la que vemos una pancarta que dice algo así como “La CIA entreno a Bin Laden) disparar contra todo lo que se mueve como no lo había hecho en ninguna de sus anteriores películas, las cuales estaban más o menos centradas en un determinado grupo social.
Súmese a todo esto un bien y adecuado grupo de actores (por aquello de las filias personales me quedo con Catherine O'Hara y una aquí tristemente divertida Maggie Gyllenhaal) dando vida a ese mosaico de treintañeros encajando como pueden y/o quieren en la sociedad que les ha tocado vivir y tenemos una mordaz, inteligente y acida radiografía del modo de vida y sueño americano, además de una adulta, entretenida y divertida road movie que (a mi juicio) es una de las mejores y más criticas (si no la mejor) obras de Sam Mendes (entiéndase siempre por debajo de esa obra maestra llamada “Camino a la perdición”).