Arranca mostrándonos a Aleksandra (Nina Ivanisin), una muchacha paseando por Ljubljana, la capital de Eslovenia, entrando en un hotel, y tras subir a una habitación, llamar a la puerta, entrar, y verse involucrada en un mortal accidente de putero (alcohol, viagra, se supone sustancias toxicas, y llamada a la prostituta de turno que se encuentra con una piltrafa, vamos, como la vida misma), seguimos acompañándola (cámara al hombro, y ruido ambiente, tan solo acompañado con leves notas musicales) cuando sale por pies a la calle y sigue con su rutina, estudios de inglés, entorno de ese centro de estudios y circunstancias económicas de la a estas alturas ya sin lugar a dudas, prostituta free lance.

Circunstancias familiares, relaciones con conocidos, 2 tipos de los que se escapa tras una mala experiencia cuando trataban de ponerla a trabajar para ellos, siguiendo sus pasos, y su nombre de guerra en las noticias como la prostituta que vieron en el lugar de ese accidente señalado en el primer párrafo.

Todo esto a modo de presentación durante los primeros minutos de metraje, a partir de aquí estamos ante un desarrollo de la trama que toma por el camino de fresco realista y descarnado de cómo afecta a Aleksandra su doble vida, primero manejándose a trancas y barrancas con manipulaciones emocionales a conocidos a la vez que compartiendo su secreto con una compañera de estudios (mas en plan necesidad de escape emocional, que en plan amistad),y luego cuando las cosas se le empiezan a ir de las manos (matones, pagos bancarios acuciantes, y parte de su entorno descubriendo su doble vida), y desplegando las mismas emociones y comportamiento practico, tratando de hacer lo adecuado para salir lo mas airosa posible de esa vida y de esos embrollos (se supone, en una hipotética segunda parte, con todo solucionado - no chirriaría verla volver a prostituirse como medio de facturación).


Sigue en spoiler por falta de espacio: