Entretenida, cuasi cartoonesca y divertida comedia macabra, en la que a lo largo de sus 90 minutos nos encontramos con un bien cocinado revuelto de secuestros, gánster ineptos, secuestrada jamona, malhablada y aguerrida, asesinos chinos (o coreanos), amenazantes lugareños y como guinda del pastel, un Leatherface al uso haciendo picadillo a todo lo que se mueve.
Súmese una acertada dirección que se limita a hacer fluir de forma divertida y comprensible la historia (sin extraños movimientos de cámara), una buena fotografía, una música alejada de las típicos estallidos sonoros (me parece todo un acierto el preponderante uso de música clásica), un brillante, divertido y generoso uso del gore (una de las claves que elevan esta producción) y unas actuaciones por parte de todo el casting sumamente acorde con el espíritu de la película.
Como curiosidad, la ciudad que vemos en un plano general y donde está situado el club del padre de la secuestrada es Yorkshire, estando rodada el resto de la trama en la mítica (Tourist Trophy, cuna de impresionantes hazañas motociclisticas, llevadas a cabo por pilotos de una pieza) Isla de Man.