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Voto de RdelHM:
6
27 de enero de 2020
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Después de años de rumores y habladuría, los polis rebeldes vuelven por fin en una sólida tercera entrega con más drama y argumento que sus predecesoras.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Divertida, repleta de buena acción, estrafalaria y por supuesto con la química de siempre entre sus dos protagonistas, Michael Bay les da el relevo en la dirección de Bad Boys for Life a Adil El Arbi y Bilall Fallah, unos chicos con poca fama y experiencia que superan las expectativas y las dudas previas al estreno y que saben darle un soplo de aire fresco a la saga sin olvidarse de lo que la hizo famosa.
Los súperdeportivos, las intensas escenas llenas de explosiones y la comedia siguen ahí, pero si algo llama la atención de esta nueva parte de Bad Boys es el guion. En comparación a las dos anteriores, el cambio es bastante notorio, sobre todo con respecto a la segunda entrega. Se ha profundizado bastante más en los personajes y en la trama en detrimento de un puntito de la locura y el cachondeo que sobre todo vimos en la cinta del 2003. Ahora tenemos a Mike y a Marcus más complejos y redondos, lo que deja más cancha a la interpretación de Will y sobre todo de Martin, que tiene algunos momentos dramáticos bastante destacados. Lawrence hace una de las mejores interpretaciones de su carrera, pero insisto en que la película sigue la base de los trabajos de Bay y no se excede; no deja de ser una buddy movie llena de acción y comedia.
En general, la dirección y la fotografía cumplen. Vuelven los colores morados y naranjas típicos de Miami y los planos rápidos y directos, aunque quizás se abusa de los primeros y primerísimos primeros planos, que de tanta frecuencia en las conversaciones resultan invasivos e incómodos en pantalla grande. Sospecho que esto se hizo para ocultar la forma de unos actores que ya no están en su plenitud física, pero no me aventuro a asegurarlo. Las escenas de acción, por su parte, están bien llevadas, conocen bien la franquicia y saben compensar la comedia con la tensión. Hay que subrayar también la utilización de drones y de cgi, este último algo más cantoso de la cuenta en las escenas finales.
También se nos muestra como siempre el ambiente festivo y tropical de la ciudad de Florida. La banda sonora, principalmente compuesta por una combinación de los temas clásicos y canciones actuales de reggaetón y trap, acompaña a la perfección y consigue que te sumerjas de lleno en la atmósfera.
El reparto, además de Will Smith y Martin Lawrence, lo configuran varios de los actores habituales de Bad Boys, a destacar a Joe Pantoliano, siempre divertidísimo en su papel como el Capitán Howard y que también tiene más profundidad en comparación con las dos primeras películas. Como nuevas incorporaciones en el elenco tenemos un nuevo grupo de jóvenes de la policía que ayudarán a Mike y a Marcus en su misión. Lo componen caras conocidas como Paola Nuñez y Vanessa Hudgens. En general, convencen, aunque tiene sus más y sus menos.
Los villanos son interpretados por Kate del Castillo y Jacob Scipio, también de manera correcta, aunque las partes más flojas de la película vienen del lado de los antagonistas y su historia. Hay ciertos puntos de giro en relación a estos personajes y el de Mike Lowrey que pueden parecer sacados de la chistera y resultan algo decepcionantes. En defensa de esto, eso sí, hay decir que los giros suman al personaje de Will y aportan cierta profundidad y ciertos simbolismos que le vienen bastante bien a la película, pero tendrás que pasar por el aro y en un primer momento son poco convincentes.
En definitiva, se trata de una producción que sabe lo que se hace y le da exactamente al público lo que pedía: dos horas llenas de acción y risas con Will Smith y Martin Lawrence, bien rodada y sin más pretensiones de la cuenta. Entretenimiento palomitero puro y duro para una serie que vuelve con un buen nivel y con algunas novedades interesantes.
Los súperdeportivos, las intensas escenas llenas de explosiones y la comedia siguen ahí, pero si algo llama la atención de esta nueva parte de Bad Boys es el guion. En comparación a las dos anteriores, el cambio es bastante notorio, sobre todo con respecto a la segunda entrega. Se ha profundizado bastante más en los personajes y en la trama en detrimento de un puntito de la locura y el cachondeo que sobre todo vimos en la cinta del 2003. Ahora tenemos a Mike y a Marcus más complejos y redondos, lo que deja más cancha a la interpretación de Will y sobre todo de Martin, que tiene algunos momentos dramáticos bastante destacados. Lawrence hace una de las mejores interpretaciones de su carrera, pero insisto en que la película sigue la base de los trabajos de Bay y no se excede; no deja de ser una buddy movie llena de acción y comedia.
En general, la dirección y la fotografía cumplen. Vuelven los colores morados y naranjas típicos de Miami y los planos rápidos y directos, aunque quizás se abusa de los primeros y primerísimos primeros planos, que de tanta frecuencia en las conversaciones resultan invasivos e incómodos en pantalla grande. Sospecho que esto se hizo para ocultar la forma de unos actores que ya no están en su plenitud física, pero no me aventuro a asegurarlo. Las escenas de acción, por su parte, están bien llevadas, conocen bien la franquicia y saben compensar la comedia con la tensión. Hay que subrayar también la utilización de drones y de cgi, este último algo más cantoso de la cuenta en las escenas finales.
También se nos muestra como siempre el ambiente festivo y tropical de la ciudad de Florida. La banda sonora, principalmente compuesta por una combinación de los temas clásicos y canciones actuales de reggaetón y trap, acompaña a la perfección y consigue que te sumerjas de lleno en la atmósfera.
El reparto, además de Will Smith y Martin Lawrence, lo configuran varios de los actores habituales de Bad Boys, a destacar a Joe Pantoliano, siempre divertidísimo en su papel como el Capitán Howard y que también tiene más profundidad en comparación con las dos primeras películas. Como nuevas incorporaciones en el elenco tenemos un nuevo grupo de jóvenes de la policía que ayudarán a Mike y a Marcus en su misión. Lo componen caras conocidas como Paola Nuñez y Vanessa Hudgens. En general, convencen, aunque tiene sus más y sus menos.
Los villanos son interpretados por Kate del Castillo y Jacob Scipio, también de manera correcta, aunque las partes más flojas de la película vienen del lado de los antagonistas y su historia. Hay ciertos puntos de giro en relación a estos personajes y el de Mike Lowrey que pueden parecer sacados de la chistera y resultan algo decepcionantes. En defensa de esto, eso sí, hay decir que los giros suman al personaje de Will y aportan cierta profundidad y ciertos simbolismos que le vienen bastante bien a la película, pero tendrás que pasar por el aro y en un primer momento son poco convincentes.
En definitiva, se trata de una producción que sabe lo que se hace y le da exactamente al público lo que pedía: dos horas llenas de acción y risas con Will Smith y Martin Lawrence, bien rodada y sin más pretensiones de la cuenta. Entretenimiento palomitero puro y duro para una serie que vuelve con un buen nivel y con algunas novedades interesantes.