La calidad en la fotografía empeora un pelín entre capítulos, aunque de bastante calidad en general algunos -pocos- planos son de anuncio de malboro con su ralentí. Los flashbacks están mal conseguidos. Los personajes son maniqueos y fuertes a la altura de un western.

El amor hacia el cine de sus autores palidece ante el deseo de estos por hacer propaganda principalmente feminista, lo que le resta enteros a cada paso. A este respecto los alivios cómicos las ponen mujeres amenazando con armas a varones. Lo que además destruye el esfuerzo de verosimilitud que se han tomado con el vestuario y demás. En este sentido se podría decir que el universo de la película se resumiría como ¡Que buenas son las mujeres y que malos algunos hombres!

Puede que dentro de algunos años la mitad de los que han producido esta serie se descubrirán como acosadores, los mismos que se han dedicado a predicar sobre lo malos y ridículos que somos el resto de varones.

En fin, tenían los medios, el guío, los actores pero han preferido hacer política.