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España España · Valencia
Voto de sinuhe66:
9
Thriller. Acción. Intriga El mismo día, en dos lugares separados por 300 kilómetros de distancia, a dos policías les asignan investigaciones muy particulares. Pierre Niemans (Jean Reno), un hombre con experiencia y un instinto infalible para los casos criminales, viaja a Guernon, una ciudad universitaria de los Alpes, donde se ha cometido un violento asesinato. Mientras tanto, el joven y solitario Max Kerkerian (Vincent Cassel), un antiguo ladrón de coches cuyo ... [+]
1 de febrero de 2012
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las novelas de Jean-Christophe Grangé deberían ser una continua fuente de inspiración para el cine de su país. Y es que no sólo "Los ríos de color púrpura" y "El imperio de los lobos" reúnen sobradamente los requisitos necesarios para dar como resultado otras tantas magníficas películas sino que "La línea negra" y sobre todo la superlativa "Los esclavos de la oscuridad" habrían de seguir sus pasos con premura.

En el caso de "Los ríos de color púrpura", la opera prima de este magnífico novelista galo, fue llevada al cine en 2000 por Mathieu Kassovitz, realizador también francés que interpretaba como actor el papel de novio de Audrey Tautou en "Amélie".

Una lástima que los trabajos posteriores de Kassovitz en la dirección -casos de "Gothika" o "Babylon"- hayan defraudado las expectativas. Porque en "Los ríos de color púrpura" firma un gran trabajo que no sólo hace justicia a la novela sino que conserva brillantemente su atmósfera, algo siempre delicado a la hora de afrontar el cambio del lenguaje literario al cinematográfico.

Un planteamiento brillante, una puesta en escena a la altura de la mejor producción estadounidense y una fotografía magistral aderezan una trama inquietante y truculenta como pocas.

Ésta se inicia con el hallazgo de un cadáver terriblemente mutilado y colgado a considerable altura en las montañas. La víctima, se sabrá poco después, trabajaba en la elitista universidad que se erige en un valle próximo. Se trata de una institución poderosa y autárquica que gobierna la región e incluso cuenta con su propio hospital.

Para investigar el crimen es enviado desde París el afamado comisario Pierre Niemans (un espléndido Jean Reno) mientras, a cientos de kilómetros de allí, otro policía llamado Max Kerkerian (interpretado por el siempre inencasillable Vincent Cassell) investiga a su vez la profanación de la tumba de una niña fallecida décadas atrás.

La atmósfera turbia y peligrosa que envuelve ambas subtramas contrasta altamente con la brillantez de la fotografía y la espectacularidad de los hermosos exteriores en los que se ubica la acción.

Todo ello en una producción modélica que se inicia ya con los turbadores créditos iniciales y a la que, por achacarle algo, cabría quizás reprocharle su final, demasiado atropellado y abrupto para el gusto de un servidor.
sinuhe66
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