Cuando la hija (Sara) le apunta con una pistola a su propia madre. La hija quiere conocer la verdad, quiere saber quién fue su padre, si realmente fue un mártir de la guerra de los Balcanes… Posteriormente ésta le quita el arma y empieza a propinarle una buena dosis de ostias. Las dos gritan y forcejean donde finalmente acaban en una cama. Esma (la madre), se posiciona sobre Sara y le empieza a decir toda la verdad, la dura verdad de haber sido violada repetidas veces por parte de las tropas serbobosnias durante la guerra. Sara no es hija de ningún mártir de la guerra, ni es hija de ningún “padre normal”, sino que es hija de un violador cualquiera durante la guerra.

El final: cuando Esma le dice adiós a su hija Sara, en cierto modo enfadada y dolida con su madre por ocultarle durante tantos años el secreto de haber sido violada y que ella fuera fruto de dichas vejaciones. Finalmente su hija le da el adiós desde la ventana trasera del autobús. Es un “adiós” sincero y un “hasta pronto” que pase lo que pase “te querré”. Eres mi madre… yo entendí el adiós de Sara a su madre Esma de esa manera.

El poder que puede tener una madre por proteger a su hij@ es increíble. No podía obtener el “descuento” del viaje, porque su padre como tal nunca fue un mártir, nunca existió tal cosa. Fue violada y mintió a su hija solo para protegerla aunque en realidad puede que consguiese el efecto contrario.