Haz click aquí para copiar la URL
España España · Castellón de la Plana
Voto de mnemea:
10
Drama Nana (Anna Karina) es una joven veinteañera de provincias que abandona a su marido y a su hijo para intentar iniciar una carrera como actriz en París. Sin dinero, para financiar su nueva vida comienza a trabajar en una tienda de discos en la que no gana mucho dinero. Al no poder pagar el alquiler, su casera la echa de casa, motivo por el que Nana decide ejercer la prostitución. (FILMAFFINITY)
10 de abril de 2009
21 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doce momentos, doce suspiros que se convierten en acontecimientos.

Luz, rayos luminosos que se separan de Nana a cada movimiento. Un pequeño derroche a cada parpadeo. Una sonrisa que dice más sin palabras que frente a un cigarro.

Una sencilla señorita y un complejo mundo. Tal vez una enrevesada mujer que tiene a sus pies una percepción de lo que en realidad se mueve a su alrededor.

Ahoga con silencios la música cuando exiges más. Analiza un gesto durante segundos eternos y disfruta de una voz que te dice sus verdades y escucha sus dudas. Sigue con la mirada esas líneas que con letra clara y limpia te van a mostrar quien quiere comprender, compartir, conservar una vida que todavía se debe formar.

Doce secuencias, en cada una de ellas un instante inolvidable, puede ser una conversación, tal vez un baile, quizás solamente sean esas miradas y el tono de su voz.

Porque por y para ella está creada esa vida, sólo tiene que seguirla para vislumbrar hacia donde le lleva. La emoción seguirá desde dentro y desde fuera y la poesía se escribirá con imágenes para siempre.

"Dices que me quieres, pero no me consideras alguien especial. Casi no te quiero ya, pero te considero especial aún."

Aunque sea el reflejo de un espejo quien dice esto, nunca pareció tan cierto e incomprensible que un par de frases formaran un amor incondicional por lo que todavía no se conoce.

Por el continuo movimiento de la película que asaltaba la mirada, por la marcada presencia de la muchacha que influía en la percepción, por las flameantes palabras que rozaban los oídos. Simplemente por la forma de sentir todo lo que se aferraba a la pantalla y que de forma directa afectaba, con lentitud y profundidad, dejando una marca en un alma no tan fácilmente impresionable, pero sí agradecida de nuevo, por descubrir y compartir doce instantes, doce suspiros que se convierten para siempre en recuerdos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
mnemea
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow