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España España · Castellón de la Plana
Voto de mnemea:
9
Intriga. Drama Los vecinos de una pequeña población rural de Pennsylvania viven atemorizados por culpa de unos extraños seres que habitan en los bosques circundantes. Saben perfectamente que para salvarse deben cumplir escrupulosamente ciertas reglas: evitar que vean el color rojo porque los atrae, mantenerse alejados del bosque, donde esperan agazapados la llegada de alguien, y obedecer la campana de alerta, que indica que se acercan a la aldea. (FILMAFFINITY) [+]
31 de julio de 2009
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un apacible lugar, la ropa bien almidonada, los perche limpios, la pureza recorre sus pulmones, clamadas personas que conocen la armonía y la condescendencia, la austeridad de los mayores, la alegría de los más jóvenes, toda una vida por delante que disfrutar juntos, sin problemas, sin límites.

Es una primera toma de contacto con la realidad, siempre hay problemas en el paraíso, esos tonos otoñales, los grandes árboles que visten los alrededores son un síntoma, no es una protectora barrera que mece el viento, son sus propios límites y miedos, pues una bestia atraída por el peligroso tono rojizo que envuelve siempre el pecado les acecha, les mantiene unidos, no les deja comprender la necesidad de huir, de conocer, todo lo bueno nos rodea, lo amable nos compete, no existe ni lejos ni fuera, es la norma que se asume como el respirar.

Pero están los unos con los otros, las inquietudes parecen mermadas por otros sin preocupaciones cotidianas, sencillas, básicas que como comunidad asumen.

Es una segunda toma de contacto con la realidad, siempre hay problemas en el paraíso, ese joven meditabundo es consciente de las limitaciones, su integridad hace que se preocupe por su entorno, y pide de algún modo poder cruzar límites, no temer, buscar ayuda ante las necesidades de sus semejantes, dar un mayor valor a la vida ajena despreocupándose de la propia, por un futuro mejor, por evitar pérdidas innecesarias que causan dolor a los más allegados, que en realidad son todos. Los mayores guardan silencio, conocen esos límites y no los traspasan para evitar males mayores, con buenas palabras y presenciales actos pueden calmar ánimos, incertidumbres, para vivir de nuevo en esa balsa de aceite que aciertan a llamar hogar.

Un bien les acompaña, es la confianza, la que se acompasa al respeto, ese joven silencioso y esa bella muchacha que distingue a los grandes por el color que desprenden al no poder ver, nos muestran otro modo de amarse, es fuerte, rígido y sereno, es profundo y se eleva sobre el mutismo y la razón, se resume con esa mano extendida y confiada frente al temor del baile de máscaras al que acuden, que él recoge y protege con la suya, pese a acertar poco antes a afirmar que las cosas que más se desean hacer son las primeras que se frenan, pueden doler al tiempo que gustar, pueden no ser correspondidas, pueden esperar, no sólo los monstruos se temen, los humanos son igualmente peligrosos, hasta los más cabales y sentidos.

Ya todo parece controlado, el miedo a lo desconocido les depara un nuevo futuro en un mismo sentido, se puede disfrutar de nuevo de las conversaciones, del viento que mueve sobre ese bello lugar las mecedoras vacías y los soleados vestigios de la tranquilidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
mnemea
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