Así empezaban los cuentos clásicos. Pues bién, para mi, esta serie es como un cuento, cada nuevo capítulo es una fábula, con todo lo bueno que estas tienen pero sin la moralina final. Nunca unos personajes tan "irreales" como los habitantes de Cicely nos enseñaron más acerca del ser humano. Desde el silencio de Marilyn a la verborrea de Chris, desde el nerviosismo de Fleishman a la tranquilidad de Maggie ... Con ellos he sonreído, reído y soltado carcajadas, también me he puesto seria, se me han humedecido los ojos y he llorado abiertamente. Sin lugar a dudas es mi serie favorita de todos los tiempos y el capítulo de la marcha de Fleishman merecería estar entre los cinco mejores de la historia de la televisión.