Es sin duda una gran película, un gran retrato de los celos y la locura.

Una película de los años ochenta, una de esas películas que me sonaban pero que nunca había decidido ver porque ya han pasado muchos años desde entonces, y como no está considerada un clásico, pues ha caído un poco en el olvido.

Decidí verla porque una conocida me habló de los problemas de relación que tuvo al verse envuelta en una aventura de este tipo, el acoso de una mujer hacia su marido y su familia, y esta anécdota me llamó la atención.

Además, todos nosotros, de una manera u otra, hemos pasado por alguna crisis personal y de pareja que han podido desembocar en una infidelidad, por desgracia, aquí la infidelidad se llevó a cabo con una loca de remate.

La película está muy bien dirigida, y sobre todo muy bien actuada, Glenn Close borda el papel, y por este papel se le recuerda muy bien.
Michael Douglas está a un buen nivel, pero Close está muy superior.

La historia se presenta de una manera directa, no se va por las ramas, esto hace que la película no caiga en el aburrimiento, la historia tiene una tensión muy angustiosa todo el rato.

Es un tema muy tratado en el cine, infidelidad, celos y chantaje emocional, un paquete que siempre viene junto, pero me gusta que la película evoluciona de una manera muy lógica y sin exagerar ninguna cosa.

Iré a la siguiente parte para explicar ciertos detalles que me han llamado la atención.