Si hay algo que valoro en el cine, es el riesgo, la personalidad y la originalidad y por su puesto, aquí lo tenemos todo.

Jarmusch es un tipo muy extraño, pero sobre todo muy inteligente, un tipo sacado de otro mundo, y ese mundo nos lo retrata en estas impresionantes películas.

Si hay algo que sabe hacer es dirigir a los actores, pues cada actor está impecable, es por eso que los actores quieran estar en cualquier escena de sus películas y poder hacer algo bueno y original en el cine y no esas basuras en las que tienen que actuar muchas veces los grandes actores de Hollywood.

Su cine es un lujo para cualquier actor que aprecie el arte, y se nota como disfrutan de sus películas, y eso se trasmite en la pantalla, se respira buen rollo.

Este tipo es tan extraño que hace poesía del café y de los cigarrilos, como el retrato de la nueva sociedad, el té y galletas ya han pasado de moda y algo tan destructivo como la cafeína y nicotina retratan nuestra sociedad.

Al principio de la película te sientes descentrado, no sabes que pretende este tipo, pero a medida que avanzan los cortos, te das cuenta de que este tipo es muy bueno, y sabe hacer las cosas, sobre todo, cosas muy buenas.

Le da igual lo que piensen de él, sabe lo que quiere y como lo quiere, te puede gustar o no gustar, pero nunca podré decir que no es arte.