Espectacular película basada en una historia sorprendente, no se qué es mejor, la historia o las actuaciones y creo que una se necesita de la otra, estos actores representen unos papeles inolvidables.

La historia retrata una constante vital en la humanidad, la avaricia y la mezquindad, el deseo de tener y poseer lo de los demás por encima de la vida del que se está muriendo.

La historia es sencilla pero muy compleja, mientras que avanza la historia podremos ver las miserias que encierran estas personas y sus pequeñas grandezas también
Un hijo y un padre enfrentados, una mujer que desea amar pero no sabe como hacerlo ni como demostrar su amor a un hombre que rechaza a aceptar el pasado y se siente culpable de ello.
Un hijo que ha tenido de todo menos el amor real de su padre, todo lo material menos el amor profundo, causando en el hijo un eterno y profundo dolor frustrado que se ahoga en la bebida.

Un hombre que estuvo a punto de morir y cree que la vida le ha dado una oportunidad y se da cuenta de cómo todos a su alrededor solamente le quieren para sangrarle, quiere empezar a vivir a sus 65 años sin darse cuenta de que ya es demasiado tarde para amar y vivir pero quizás no lo sea para pedir perdón.

Un sabio retrato del hombre, una película y una historia sobre las miserias del hombre y sus pequeñas pero importantes grandezas.
Si hay algo que me gusta de la película es como poco a poco se van sacando los trapos sucios de la historia, los diálogos son geniales y solo pueden ser geniales gracias a estas interpretaciones al igual que este lujo de reparto, sin duda son la guinda de la película.

La sencillez en la ambientación, casi teatro pues todo se desarrolla en tres o cuatro habitaciones haciendo que los actores, aunque eran muy guapos, tuvieran que actuar, no valían solamente sus caras bonitas, sobre todo eran grandes actores y así queda demostrado en esta película.

Sin duda, un gran clásico.