Si la cosa funciona...menuda película, muy ligera pero con el peso de toda una vida vivida, la filosofía de un hombre lleno de experiencia de la vida y sobre una profunda y larga reflexión sobre el ser humano aunque esta sea una visión un tanto pesimista y agria.
Tenía muchas ganas de ver esta película de Allen por la tremenda curiosidad de ver como se retrata a él mismo y su especial vida amorosa, un retrato que intenta plasmar en la pantalla.

Allen vuelve a sus historias, amores, el lenguaje del amor y de la vida, New York o mejor dicho, Manhattan, sus gentes, sus neurosis, sus peculiaridades y manías...un mundo que Allen siempre supo retratar hasta el momento de poder sentir a sus personajes y parecer estar allí con ellos.

Estamos ante una película bastante peculiar, por primera vez alguien actúa de Allen, Larry David encarna al director y guionista de esta película, Allen se retrata irónicamente como un genio, un maniático y pesimista del mundo con una visión amargada del mundo y poco o casi nada sociable, un ser difícil de vivir en sociedad, ese es Allen, un ser hipocondríaco y temeroso de la muerte, Allen se retrata una vez más a sí mismo y como siempre, irónicamente.

Allen retoma su cine clásico de sus clásicos personajes de la sociedad de New York, sus calles, sus esquinas, sus bares...su ciudad.
Retoma lo mejor de sus película y las condensa en esta película cargada de un fondo filosófico, cada frase, cada momento, cada broma o ironía encierra un gran peso moral.

Allen critica y duramente al ser humano y su ignorancia pero lo equilibra todo al decir que “simplemente está asustado”, la película encierra el mismo fondo humano de sus director preferido, Bergman, sin duda son dos polos opuestos pero del mismo imán.

Un día leí en un artículo que Allen siempre quiso ser un segundo Bergman pero acabó siendo Woody Allen.
Bergman es el resultado de una sociedad escandinava y Allen el resultado de Manhattan.

Si la cosa funciona no es una obra redonda pero si una obra increíblemente compleja sobre la vida y el amor, tiene sus irregularidades pero en ningún momento es una obra mediana aunque no sea una de sus obras mayores.
Lo mejor de todo es que Allen nos sigue hablando y nos sigue dejando un gran tesoro, ama su trabajo sin pensar en como será juzgado.