La soga es sin duda una de esas obras maestras del cine y un clásico obligatorio de ver, una película genial del cine de suspense.
Aunque a primera vista no se sienta la película no solamente tiene unas grandes interpretaciones sino un dominio de la cámara soberbio, la película está tan genialmente estudiada en cada detalle que es digna de ver en plan técnico, desde las interpretaciones hasta los movimientos de cámara.
Puesta en escena al más estilo teatral por un reparto mínimo, sin extras y con un solo escenario Hitchcock nos muestra como domina el cine y sobre todo el suspense.
Desde el principio sabemos cuales son los asesinos y la razón por la que lo han hecho y deciden celebrar su obra maestra con una fiesta invitando a amigos y a su antiguo tutor de universidad, James Stewart, una vez más con una interpretación magistral.
En las interpretaciones hay que destacar las perfectas integridades de cada personaje y su personalidad de cómo son todos tan claros desde el principio y como en los dos asesinos evolucionan sus desesperaciones a lo largo de toda la película, cada uno según su personalidad.
La escenografía es sencilla y da a la película ese toque teatral pues se desarrolla toda en un solo piso y más en concreto en una habitación.
Y lo más sorprendente de la película como la cámara se mueve de una sola vez durante varios momentos de interpretación captando detalles, diálogos enteros, al completo, es decir tomas larguísimas ayudando así a dar ese toque teatral a la película, siendo todo un perfecto conjunto donde interpretaciones, guión, cámara y cientos de cosas hacen una película magistral.