Estoy viendo poco a poco los cortos o “películas” del padre del cine, el cine como arte.
Georges Méliès hizo de la cámara un arte y así sigue hasta hoy y esto se debe a que apostaba y arriesgaba, a veces ganaba y otras perdía, pero siempre aprendía algo nuevo.

Así es su filmografía, una serie de pequeños cortos donde el padre del cine experimentaba cosas nuevas, a veces técnicas, a veces en el guión, intentaba unir una y la otra y a veces le salía y otras no.

Viaje a la luna es el ejemplo de una gran producción de la época, tenemos de todo, para aquella época, esto fue un gran logro.

Quizás para los ojos de hoy pueda resultar un poco anticuado o quizás se podría mejorar pero no es así como se debe ver, hay que situarse en la época y poder ver como Méliès fue poco a poco aprendiendo (sin maestros y sin referencias), aprendía de sus errores hasta que arriesgó con un guión que seguro que le entusiasmaría, Viaje a la luna, sin duda, sus mejores cortos eran aquellos relacionados con la luna y su mundo surrealista.

Viaje a la luna es un gran logro de la época, quizás de lo mejor de Méliès hasta el momento (aunque
me han gustado más otros cortos suyos), es el ejemplo de como ha ido mezclando sus ideas hasta lograr este corto.

Tiene ese toque surrealista y ese toque teatral, aún quedaba mucho por aprender pero el resultado es un corto inolvidable hasta hoy en día, quizás de los más importantes en los orígenes del cine.