Creo que la saga va de mal a peor, la verdad que era de esperar que la octava entrega fuera mala, pero no tan mala, es una película sin ritmo y lo peor de todo, sin dirección.

Parece ser que la dirección de las últimas entregas se la daban a cualquiera, cuando me pongo a ver una película más de Jason, se lo que voy a ver, y para eso me lo pongo, son películas sin guión pero con muchas muertes, y el toque gracioso de cada película, son la muertes gore.

Estamos ante una octava parte que ha pretendido tener un guión y ha dejado atrás el sello de la saga, el lado sangriento, cada asesinato es bastante simple, y poco característico de Jason.

Las actuaciones son patéticas, los asesinatos simples y tontos y es ciertos momentos se hace insoportable, casi imposible de ver.

Es una pena porque se podría haber sacado más del guión, estamos ante un Jason que se encuentra en Nueva York y se sale de la clásica historia del lago, es sin duda un idea original, pero muy mal aprovechada.

La película se hace eterna y absurda.