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Polonia Polonia · Zürich-Varsovia
Voto de manuel:
7
Comedia. Drama Karol ama profundamente a Dominique, pero ella lo abandona debido a que él sufre un problema de impotencia. Entonces decide volver, con su amigo Nikolai, a su Polonia natal. (FILMAFFINITY)
3 de octubre de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda parte de la trilogía dedicada a la bandera francesa o mejor dicho, a los colores de la bandera francesa.
Con Blanco, Kieslowski deja atrás la poesía de su narración conseguida en Azul para narrar una historia muy peculiar pero bastante real.
Hay que ser polaco o haber vivido en Polonia para poder entender el espíritu de esta película pues aunque narra una historia bastante aceptable y lógica, el espíritu y las razones por las que lleva a los actores a actuar de esa manera en ciertas circunstancias de la vida, solamente se puede entender si se ha vivido el comunismo ruso.
Kieslowski sabe plasmar ese espíritu de una manera muy indirecta, nunca atacará al comunismo como tal pero si que se siente en sus películas, en el ambiente, sus actores, su manera de actuar ante la vida...se siente.
Kieslowski narra la historia de un hombre polaco casado con una modelo francesa la cual lo deja realmente tirado en la calle y en un país muy “lejano” para él.
Kieslowski narra la realidad del polaco en el extranjero, de su trato despreciable por el hecho de ser polaco y la cruda realidad por la que ha tenido que vivir.
De vuelta a Polonia se ve la manera de vivir de los polacos en medio del comunismo, una sociedad movida en el terror, en el miedo, en la oscuridad y no solo del paisaje, la película se debería llamar Gris más que blanco.
La manera de actuar de esta gente es bastante lógica, la manera de poder avanzar es la única posibilidad que tienen, el sistema solo te permitía sobrevivir, no vivir.
Blanco es una película entre dos países y entre dos mundos, Francia y Polonia, Kieslowski no deja atrás la idea de la bandera francesa sino que también la lleva a Polonia.
No crea la poesía de su primera película y quizás esté muy lejos de la calidad de Azul pero no deja de ser una buena película, quizás más lejana de la mentalidad de la Europa occidental pero real como la vida misma polaca.
Una película entre el blanco y el gris, Kieslowski no se obsesiona en mostrar en cada escena un detalle blanco, la película y su paisaje ya es bastante blanco y deprimente pero es la realidad de Polonia.
Sin poesía pero con realismo, una película quizás menos ambiciosa.
manuel
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