No se como podría calificar esta película tan peculiar y diferente hasta lo que ahora había visto.
Este tipo de cine lo había llegado a ver en teatro en lo se refiere a colorido y a interpretaciones, nunca antes había visto un cine tan diferente, un cine artístico.
Amelie, La ciudad de los niños perdidos o Delicatessen son el ejemplo de este tipo de cine lleno de color, situaciones extrañas y con personajes absurdos dentro de un mundo donde todo parece ser un mundo real.
Teatro de “formas” así se define a estas interpretaciones grotescas y barrocas, en un escenario irreal con situaciones totalmente surrealistas y gracias al cine puede dotar de estas imágenes de ángulos tan peculiares que hacen más sarcásticos a estos personajes.
Podríamos decir que estos personajes son “caníbales” en una sociedad donde se mueren de hambre, matan a vecinos o a nuevos inquilinos para poder alimentarse.
Personajes tan absurdos como el carnicero, el vecino que viven en un piso inundado de agua y se come los caracoles, la mujer que se intenta suicidar continuamente y por la casualidad siempre le sale mal…un sin fin de personajes y de historias raras genialmente dirigidas y pensadas.
Película grotesca y barroca donde puede resultar demasiado recargado todo pero está claro con que finalidad está hecho todo y el resultado está genialmente logrado.