Hablar de Superman es hablar de un mito, de un clásico, aunque se hayan hecho más películas, la verdad es que solo hay una, y esa es la primera que se hizo.
Retratada por Christopher Reeve, un personaje mítico que retrató a Superman y durante toda la vida se le relacionaría con ese personaje, quizás una desgracia para su carrera, pero un sello para mi generación.

Recuerdo como mi padre nos traía las películas de VHS que había que alquilar en los videoclubs y Superman era aquella película que recuerdo muy bien, una época ya pasada pero maravillosa porque Superman no solamente es un personaje mítica en el cine, sino retrata una época en el que el cine familiar era el pan de cada día.

Superman es un clásico, a pesar de verla hoy otra vez, no me cansa y no me hace pasar ridículo por sus efectos, creo que es una película de una época pero para toda una vida, y además prefiero ver los clásicos y no las nuevas versiones de plástico que se hacen, el clásico tenía alma, los personajes era impresionantes y todo dirigido con maestría.

Si la veo hoy en día y me sigue gustando y entreteniendo es porque algo tiene, y ese algo se llama alma.