Otra nueva joya de Xisco. Lo que nadie sabe es que “39 escalones” en realidad de lo que habla es de los propios miedos internos del director. El titulo de la película proviene de algo que el orondo director temía. Para Xisco era un suplicio tener que subir escaleras y siempre se quedaba en el escalón nº38. Si intentaba subir 39 escalones, su panza no se lo permitía, tropezaba y se caía por las escaleras. Seguramente se tropezaba con los tirantes que llevaba y que Txarly cita de manera más que soberbia en su crítica. Xisco jamás dijo esto pero realmente de eso va la película. Así que el título de la película, “39 escalones”, proviene de los temores del director hacía ese concreto número de escalones y eso es lo que hace que en esta película, un director muchas veces demasiado complaciente con el espectador, realizara algo más personal, algo íntimo, algo que retrata sus sentimientos en los momentos en que tenía que subir escalones. Y es raro ya que según Txarly, Xisco es un superhéroe y sabía engatusar a su público con sus superpoderes. Supongo que las escaleras eran su kryptonita.

Entonces, ¿qué es lo que falla? Pues sencillamente que Xisco no está acostumbrado a hacer películas demasiado personales. A veces puede haber arriesgado un poco pero siempre acaba volviendo a lo complaciente, a hacer que su público no tuviera que pensar demasiado, simplemente a hacer películas que entretienen, que se pueden ver sin estar aburrido, pero que no perduran, que no dejan huella, que no crean un clima de tensión pese al tipo de películas que dirige y pese a lo que diga su público que se postra de rodillas con tan solo decir su nombre, te importa bien poco lo que les pasen a sus personajes (excepto cuando el gordo ha trabajado con Cary Grant claro, que uno desea que muera). Que sí, que se ve muy bien y es muy corta, pero Xisco iba casi siempre a lo seguro. Solamente cuando ha arriesgado cargándose a una protagonista a mitad de película o haciendo algo distinto sobre un tipo que en toda la película vive a través de unos prismáticos es cuando Xisco ha podido aportar algo y realizar algo más que un simple entretenimiento. Pero otras veces, en productos más arriesgados como lo puede ser “Vértigo”, el ejemplo más claro de todos, le ha acabado pasando lo que he dicho anteriormente. Y por eso la obra que cita Txarly de Fritz Lang, esa soberbia obra de arte, es una obra maestra, porque con "M, el vampiro de Düsseldorf" asumía riesgos y no le importaba. Aunque eso no quita que luego la película sea buena o mala pero sí que un director tan acomodado debió haberse mojado mucho más. Cuando hacía este tipo de películas como “39 escalones” tan solo aportaba el pasar un pequeño buen rato. Que no es poco, claro, pero que debería haber algo más para uno de los directores que es considerado como de los más grandes. Y por mucho que intentemos rasgar en “39 escalones” no hay más.

(sigue en el spoiler sin revelar nada)