La película es un soberano ladrillo aunque Mel Gibson, siempre que le hagan la pregunta esa de: "¿Por qué hicistes una película tan mala como "Apocalypto"?", siempre podrá responder eso de: "Porque estaba borracho cuando la hice". Y la película del australiano no podría ser peor de lo que lo es y eso que la vi con predisposición de que me gustará para llevarle la contraria a toda la chusmilla de aquí (si no lo teneís claro, pues sí, me refiero a vosotros, a los que estaís pensando).

Y mira que la película es aburrida. Y eso que dicen que Gibson lo único que quería era hacer una de acción claramente se equivocan pues Gibson dejo claro antes de realizarla que quería hacer una de acción reflejando la cultura y las costumbres de esa civilización. Si quería hacer solo una de acción porque no la rodó en su idioma y porque no la ha doblado en el resto de paises. Es de cajón. Y en lo demás el tito Mel se pasa lo de reflejar la cultura por el forro.
Pero dejando de lado eso, es que no funciona ni siquiera como película de acción o aventuras. "Apocalypto" me parece un coñazo de proporciones bíblicas, que puede que técnicamente sea muy buena pero que aburre de manera insultante. Además, no sé si es mi impresión o hacía mitad de película hay algunas escenas durante unos cuantos minutos en donde el tito Mel plagia descaradamente a su anterior película "La pasión de Cristo".

Actuaciones de pena, impresionantes altibajos de ritmo especialmente en el primer coñazo de hora, y luego ya al final cuando le imprime el ritmo al fachilla se le va cabeza. Por lo menos, Gibson ha asumido eso de que es mejor para una película que él no interprete un papel para aumentar su egocentrismo como hiciera hace unos cuantos años con el tostoncete de "Braveheart".

Gibson ha hecho lo que le ha dado la gana y lo ha hecho de la peor manera posible aunque al tito Mel siempre le quedará el vodka, la ginebra y el whisky para olvidar los malos tragos en forma de críticas negativas que le suelen hacer por sus últimas películas.
Un consejo Mel: La próxima vez sé un poquito menos pretencioso.