Ahora que la saga "Saw" está de moda, el director Simon Brand decide copiarla aunque de una manera menos violenta que esta y con un reparto con caras conocidas. Así vemos al Jesucristo de "La pasión de Cristo", con el gay de "Mejor imposible", la calientapollas de "El bar coyote", el mafioso italiano de "Prison Break", el tío más loco de "Los soprano" y el que recibe ostias y más ostias en "Los tres entierros de Melquiades Estrada" unidos para un argumento que, en todo momento, no tiene ni pies ni cabezas con giros y más giros argumentales con el que se acaba perdiendo todo el interés de la película.

De esas actuaciones si acaso destaca la de Barry Pepper siendo las interpretaciones de James Caviezel y Bridget Moynahan las peores debido a que interpretan a personajes importantes pero muy desdibujados. A destacar los primeros 10 minutos en el que el director logra una buena atmosfera pero luego empieza a degenerar en una paja mental engañosa y altamente previsible porque uno ya solo espera giros y más giros de guión y por lo que la película acaba resultando ridícula y mala. Ya sabemos como tenía el director la mente a la hora de dirigir la película.