Desde que era muy pequeño me encantaban las películas del Rey Midas de Hollywood, crecí viendo “El imperio del sol”, “Jurassic Park”, “Tiburón”, “Encuentros en la tercera fase”, “Always”, y sobre todo fuimos a buscar tesoros con nuestro arqueólogo favorito “Indiana Jones” y ayudamos a Elliot a devolver a “ET” a su casa, volando con ellos en una bicicleta a la luz de la luna.
Cuando fui más mayor disfrute de su parte más seria de sus películas, la magníficas “La lista de Schindler”, “Salvar al soldado Ryan”, “Atrápame si puedes” y “Munich”.
Ahora disfrutamos de esta enorme película infantil, con una parte dramática y seria como es la I Guerra Mundial, si es una película un poco cursi y si es el típico producto Disney, y tratará de sacarnos la lágrima fácilmente, pero no lo he podido evitar y me he emocionado en muchos tramos de la película.
La película nos mostrara como en tantas películas Disney, la amistad de un animal con su dueño. Pero en manos del genio Steven Spielberg va un poco más alla, conseguirá emocionarnos y disfrutar del viaje del caballo Joey y su dueño a través de la I Guerra Mundial, como originalidad, la película se desarrollara en la I Guerra Mundial en lugar de la II Guerra Mundial que es donde se localizan casi todas las películas bélicas. Y seremos testigos de la terrible guerra de trincheras que se vivió en Francia.
A resaltar la interpretación de los padres del chico, Emily Watson, Peter Mullan, y como abuelo de otra de las dueñas del caballo Niels Arestrup. No muy convincente la actuación del protagonista, pero tampoco molesta. Porque el principal protagonista son los más de 200 caballos que dan vida al caballo protagonista Joey. Spielberg, nos contará de primera mano, la importancia de los caballos durante la I Guerra Mundial.
Me encanta como en todas las películas de Spielberg, la preciosa fotografía, y la magnífica ambientación, como muestra cuando la nieta desaparece con Joey, y el abuelo se queda preocupado, se oyen gritos y como asciende a un plano aéreo, para ver la inmensidad como la guerra ha llegado hasta la vida de este abuelo y su nieta en su viejo molino donde viven.
Como no la ayuda para emocionarnos y exaltar la batalla, de la excelente como siempre banda sonora de John Williams.
Gracias Spielberg por hacerme disfrutar otra vez del cine, esta vez con la amistad de un caballo y su dueño, que ni la guerra pudo separar.