Cuando se habla de Navidades en el cine, a todo el mundo se le viene en mente la inmortal película de Frank Capra “Que bello es vivir”, pero me gustaría reivindicar este clásico de las Navidades como más me gusta su nombre en inglés “Milagro en la Calle 34”.

Nos cuenta la entrañable historia de un viejo que dice ser Santa Claus. Es la historia entrañable y preciosa de un Santa Claus en un mundo donde se ha perdido la inocencia y ha dejado de creer en la Navidad. Una película donde se critica el espíritu consumista de estas fiestas.

Un anciano llamado Kris Kringle es contratado para trabajar en unos grandes almacenes como Papa Noel, pero todo se complica cuando asegura que es el auténtico Santa Claus. Todo el mundo se reirá de el, y nadie creerá que pueda ser Santa Claus. Pero el demostrará ante todo el mundo no solo la existencia de Santa Claus sino que el mismo lo es.

Nosotros seremos testigos de cómo los mas incrédulos de la ciudad, interpretados por la siempre magnífica Maureen O'Hara y su hija Natalie Wood, serán convencidas por Santa Claus de la existencia del mismo. Lo más flojo de la película es la historia de amor de los dos protagonistas, quizás porque John Payne, no era John Wayne, la pareja cinematográfica de Maureen en la pantalla.

Sin duda lo mejor de la película es el juicio donde deberá demostrar dos cosas la existencia de Santa Claus, y después que él lo es. Al final de la película, espero que las personas que hayan perdido la inocencia, sean un poco más felices esperando que Santa Claus cumpla todos sus deseos de felicidad. Película navideña muy recomendable para todos los públicos, pero en especial para todos los niños grandes que hace mucho tiempo que no creen en la Navidad.