Creedme cuando digo que sólo le quito el diez a La bella y la bestia porque las películas que le siguieron fueron a mi juicio incluso mejores. Pero de lo que no cabe la menor duda es de que la película es una auténtica maravilla, y recordarla y revisionarla ahora es más que agradable, a la par que nostálgico, porque me hace sentir pena de los niños de hoy, que ni conocen estas maravillas ni disponen de buenas películas de animación para ver (salvo la honrosa excepción de Pixar). Extraordinaria partitura de esos genios que son/eran Alan Menken y Howard Ashman (que murió de SIDA al poco de acabar la película), marcadísimo ambiente de musical teatral y excelente desarrollo para una obra maestra demasiado corta que se hace... demasiado corta.

Lo mejor: El personaje de la Bestia y la banda sonora.
Lo peor: Es tan corta... debería haber durado más.